En la llegada a Santo Toribio se respira emoción por todos los rincones del camino. La música del gaitero nos da la bienvenido para comenzar el último tramo en compañía de hermanos, hermanas, familias y amistades.
Habéis venido muchos y muchas a acompañarnos en este tramo final. El reencuentro es la guinda de que el reto se ha conseguido y estamos satisfechos por haberlo logrado.
Nos hemos hecho fotos para el recuerdo, escuchado la misa del peregrino, visto el Lignum Crucis y una fiesta acompañada de música y aplausos en la que se hizo entrega de La lebaniega y un pequeño detalle.
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